Lo advertía esta semana el presidente de Asaja en la provincia de Albacete, José Pérez Cuenca: va a ser un año de plagas en el campo de la región a consecuencia de los cambios climáticos que estamos viviendo y que afectan especialmente a la falta de agua.
El año 2015 «no ha sido nada bueno para los agricultores y ganaderos de la provincia de Albacete y de la región», que para más inri acumulan perjuicios producidos ya en el año 2014, aseguraba José Pérez Cuenca, quien no dudó en calificar estos años para el campo como «de los peores de la historia».
Algunos de los factores que han influido para este «desgraciado» año agrícola son la subida de los créditos que han solicitado a las entidades financieras; la falta de producciones, los bajos precios, las malas sementeras y la sequía.
La escasez de agua en el campo es «muy preocupante», según Pérez Cuenca, pero además la situación originada por el cambio climático, que va a provocar «un año de plagas». El responsable de los empresarios agrarios explicó, en el balance anual, que los cultivos se verán afectados por las plagas por las condiciones climatológicas y porque, «a estas alturas del año, no se han registrado temperaturas lo suficientemente bajas para matar los ácaros que quedan debajo de las piedras». Por ello, el presidente provincial de Asaja tendió su mano y la de los agricultores a las administraciones para hacer «lo que sea» para parar el cambio climático.
Otra amenaza que asola la flora de la provincia son las orugas. «Los pinos parecen árboles de navidad», comentó Pérez Cuenca, pues sobre ellos ya están posados los capullos de la oruga procesionaria, unos animales que van a dañar en los próximos veinte días la hoja del pino, dejando a los montes «pelados» ya que se trata de un insecto que come sus hojas. Problema, que para José Pérez Cuenca, podría haberse solucionado si la Consejería de Agricultura hubiera fumigado los montes.
FUENTE: ABC